sábado, 21 de enero de 2017

El Cantamisa.



Se llama así al acto de cantar su primera misa un sacerdote. Cuando esto ocurría en Joarilla, como en otros pueblos, era una gran fiesta. Y no sólo lo celebraban los familiares y amigos, sino todos los vecinos y muchos forasteros.
En aquella época, hace 50 o 60 años, a cualquier acto religioso se le daba mucha importancia. Y este era uno de ellos. Se valoraba el que un hijo del pueblo llegase al sacerdocio o fuese religioso.
La celebración de su primera misa revestía gran solemnidad, era cantada y el nuevo sacerdote estaba acompañado de otros muchos compañeros. Uno de los momentos más llamativos era el besamanos. Al finalizar la misa todos los asistentes pasaban por el presbiterio para besar sus manos.
Y, aparte de otras cosas, en Jorilla y otros pueblos tenían la costumbre de llevar en andas al nuevo sacerdote desde el domicilio de sus padres hasta la iglesia, bajo un arco hecho de ramas y flores, como podemos ver en las imagenes.
Solían hacerlo los mozos, de la quinta del nuevo sacerdote. En este caso les tocó a Habilio y a Pepe, al menos son ellos los que se ven, en la primera foto, en la parte delantera de las andas. En la otra imagen es Nano, el que cantaba o decía su primera misa, acompañado de sus padres.
Nano era el hijo del señor José el herrero, que estudió y se ordenó sacerdote en Argentina.
Después de la misa no faltaba la invitación a tomar dulces a todos los asistentes, y familiares y amigos se reunían para el banquete.



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