viernes, 6 de febrero de 2015

Juegos y diversiones 2.-La Calle.



La calle es el lugar en el  que se encuentra el domicilio de cada familia, que en Joarilla, como en los demás pueblos, solía ser antiguamene, más que ahora, una casa, pequeña o grande, en general de tapial o adobe, unifamiliar y con un corral más o menos amplio, según la necesidad de cada uno y el trabajo que ejercía. En el corral estaban las cuadras o establos y todas las demás dependencias necesarias, unas para lo relacionado con el sustento de la familia: gallinero, conejera, cochinera, etc.,  y otras con el trabajo que cada uno realizaba, la mayor parte agrícola y ganadero.
Por la calle se paseaba o se pasaba en algunos momentos del día para visitar a vecinos o familiares por motivos diversos, o para ir a otros lugares, a otras calles, plazas o casas del pueblo. También por ella pasaban los animales, carros y los demás vehículos, sin motor o con motor de los pocos que, por aquellos años de 1950, había en el pueblo.
Pero también en la calle se estaba, o se iba a la calle sencillamente para estar en ella. Esto era más frecuente los domingos y festivos, como días de descanso. Era normal que a las puertas de las casas hubiese siempre alguna persona, acompañada o no de otras, que, de pié o sentadas, pasaban allí algunos momentos, de charla, o tomando el aire y el sol, si no eran excesivos. Se veía también a muchas asomando a la puerta de su casa, recorriendo, aunque solo fuese con su mirada, la calle, hacia arriba y hacia abajo.
Luis, familia y vecinos, a la puerta de su casa.
Carmina y vecinas sentadas, cosiendo y hablando.
Alipio e Isidro a la puerta del bar de Pepe.
   

Carmina y Chucha sentadas a la puerta de casa. 
Había lugares más utilizados para estar en la calle como la plaza mayor, y las plazas de la escuela, la iglesia o la ermita. Cerca de esta última se encontraba el Mentirón, pared a la solana, en donde confluyen las calles de Las Cruces y El Cristo. Aquí, sentados o de pié, siempre se veía, y aún se ve gente, hablando de todo o de nada.  
Imagne de El Mentirón, sin gente. El tablón como banco.
De las plazas lógicamente era la Mayor la más frecuentada y en la que los que estaban se situaban de pie en las esquinas de algunas de las calles o casas que dan a ella. En las esquinas de las casas del Sr. David o de la Sra. Hilaria casi siempre se reunía gente. Lo mismo pasaba con el soportal de la botica, soportal que siempre existió, y que hace no muchos años desapareció. Y, por supuesto que también en torno al caño que por aquellos años contaba con los poyos de cemento y agua abundante, además de las acacias que proporcionaban buena sombra.

Varias personas en el soportal de la antigua farmacia.

Jóvenes paseando por la calle.  Año 1978.
En una calle, sentados sobre una viga, cinco jóvenes comen un melón.
También hay que decir que grupos en la calle se veían también delante de la puerta de algunas casas en las que vivían personas, más o menos conocidas o queridas, como vemos en algunas imágenes antiguas. A veces familia y vecinos se juntaban y se contaban cosas diversas.

De charla y en familia en la calle mayor. 1976.
Otro grupo en la calle cerca del bar de Pepe.

Tomando el sol agrupados en el rincón de la abuela Anastasia.
Familia y perro a la sombra en un día de verano.
Jovenes en la calle, sobre un arado con ruedas.
Respecto a los niños pequeños hay que decir que es distinto, pues estos no estaban en la calle con la misma finalidad que los mayores. Ellos salían casi siempre a jugar. O al menos eso era lo que deseaban sus padres cuando, de modo airado algunas veces, les decían u ordenaban salir a la calle. Y lo hacían con gusto y agrado, pues en la calle solían pasárselo bien, sobre todo en el buen tiempo, cuando no había barro ni agua, aunque sí tierra que les servía para cargar los carretillos, camiones y otros recipientes que, como juguetes les habían regalado. También jugaban a pillar, al escondite, a las canicas y a otros juegos.
Grupo de niños en la calle, uno con bicicleta. Año 1978.
Procesión pasando por la Plaza Mayor con tierra.
Calle mayor, también de tierra y sin aceras.
Lo cierto es que la calle, estar en la calle, salir a la calle o andar por la calle constituía una distracción más en el vivir diario de Joarilla, como de los demás pueblos. Pero esto ocurría más en el pasado, cuando se contaba con menos medios para el entretenimiento. No lo podemos comparar con la actualidad. Ahora los medios audiovisuales e informáticos ayudan a pasar el tiempo de otra forma. Los juegos también son distintos y hay más medios de locomoción. Y hasta las calles y plazas están asfaltadas y limpias y los niños no pueden jugar con la tierra de la calle delante de sus casas o en la plaza del pueblo. De todo ello nos queda solamente el recuerdo y algunas imágenes como testimonio.