domingo, 18 de enero de 2015

El Comercio de Eloina.


Grupo de personas a la puerta del comercio de Eloina.

Esta fotografía es una de las muchas, que fueron cedidas  por personas de Joarilla, para la publicación del libro Memoria Fotográfica de un Siglo. Fue imposible incluir a todas, pero sí podremos verlas y disfrutar de ellas gracias a Mª Sol que nos las ha enviado por Internet. En esta ocasión se trata de un grupo de personas colocadas delante de la casa de Eloina y Felipe.
Si no recuerdo mal, por las décadas de 1940 y 1950 Eolina y su marido eran quienes tenían el comercio de ultramarinos en el pueblo. Su casa estaba situada al final de la calle Mayor, en la parte de abajo, en la plazuela del antiguo Ayuntamiento y no lejos de los lavaderos.  Su casa, como casi todas, de tapial y capachada, con ventanas enrejadas y llamador de metal, aunque no de los de puño.
Nada más pasar la puerta nos topábamos con el escaparate del pequeño comercio, en el que se vendía de todo. Sobre el escaparate el aparato extractor y medidor del aceite. Al dar la manivela se accionaba y subía el líquido desde el bidón colocado bajo el escaparate. Y se veía en el medidor los litros que se sacaban. En las paredes del recinto estaban las estanterías con los demás productos alimenticios, que eran necesarios para preparar la comida. No se vendían los que se producían en el campo, si se contaba con tierras para ello, o los que procedían de los animales que se cuidaban durante el año en el corral de las casas: cerdos, gallinas, conejos, palomas, etc.
Eloina también era la estanquera y los fumadores, que eran casi todos hombres y sólo ellos, tenían que ir también allí a comprar su tabaco. Respecto a esto recuerdo aquellos años del racionamiento, posteriores a la guerra civil, en los que cada familia disponía de su cartilla con los cupones de los distintos alimentos, cupones que había que entregar para poder recibirlos. Incluso el tabaco estaba también racionado y el que no fumaba se los cedía a otros, siempre a cambio de algo. Eloina se encargaba de cortar los cupones de cada cartilla de las personas que acudían a su tienda.
Cartilla con los cupones.

Cupones variados.
Una de las cajetillas más en uso en aquellos años.
La imagen de este grupo a la puerta de la casa de Eloina es muy sugerente y con gran contenido social y familiar. Da la impresión de que se han colocado para hacerse la foto, pues todos miran hacia el mismo lugar, en este caso el fotógrafo. Hay claridad en los más jóvenes,  no así en los mayores, tal vez por sus vestidos o atuendos. Nada menos que son 19 los que aparecen en la imagen, de ellos 6 personas mayores, entre ellas me imagino que Eloina y Felipe, su marido, y 13 jóvenes, sobre todo niños. Entre ellos y de forma integrada en el grupo una familia gitana, de las que ya por aquellos años iban al pueblo durante la vendimia, o vivían allí todo el año.
Están vestidos de forma diversa, aunque en los hombre no falta la pelliza, ni la visera o la gorra. Los niños con atuendos muy variados también. Mientras la señora Eolina teje, los demás miran a la cámara. Hay uno que está como escondido a la derecha, bajo la ventana,  y junto a él  una gitanilla con su cesta sobre el brazo izquierdo y apoyada en la cadera. A destacar también el taburete, la cesta de coser y el aro que otro niño tiene en su mano.
Esto y mucho más podemos decir al  ver esta fotografía, que, como muchas otras, es todo un testimonio del pasado.