lunes, 31 de marzo de 2014

La imagen de hoy: Grupo de vecinos.


Grupo de vecinos de Joarilla. Década de 1960.
Hace ya varios días Mª. Sol  de Castro me envió varias fotografías, algunas de las cuales formarán parte del álbum que sobre Joarilla se tiene pensado editar próximamente. Entre ellas he elegido esta, en la que están retratadas un grupo de personas del pueblo, tal vez en un domingo o día festivo. Lo curioso es que todos son hombres de edad, aunque se ve alguno más joven.  
La verdad es que la imagen  es sugerente y muy apropiada para recordar el pasado, a través de las personas que aparecen en ella, algunas de las cuales ya han fallecido.
Unos visten con chaqueta, otros con abrigo y los hay incluso con pelliza. Aunque uno tiene bufanda son más los que llevan corbata, señal evidente de que ese día era domingo o un día de fiesta. Y es que por entonces, década de 1950 o 1960,  las fiestas eran de guardar, como Dios manda, y además se vestía de forma distinta a la habitual.
Hay varios con boina, prenda que era muy utilizada por entonces, para proteger la cabeza e incluso como complemento a la forma de vestir.
También era frecuente dejarse bigote, de hecho en la foto hay cinco o seis, y uno, a quien se llamaba el Moreno, destacaba y era conocido siempre por su bigote.
Merece la pena fijarse también en el que tiene en su mano una botella, seguramente que de vino clarete, y otro que vuelve su cabeza para mirar al lado, nos deja ver el cigarrillo en sus labios.
Personalmente reconozco a todos, pero  no recuerdo el nombre de algunos, por lo que no dejo constancia de ellos.  Por otra parte la imagen basta por sí sola y es un testimonio más del pasado en Joarilla  y de algunas personas  que lo protagonizaron.
La fotografía formará parte del álbum de imágenes que, sobre el pasado de Joarilla, se va editar próximamente. Y como esta habrá muchas más, inéditas, que nos llamarán la atención y serán del agrado de todos los que residen en el pueblo y de aquellos que, por motivos diversos,  se encuentran viviendo en otra localidad.

















lunes, 17 de marzo de 2014

Viaje a Villafáfila y Benavente desde Joarilla.



Grupo de mujeres que realizó el viaje.
Cuando se celebra el día de la Mujer Trabajadora, las mujeres, de casi todos los pueblos o ciudades, programan y realizan diversos actos, unos reivindicativos y otros más folclóricos o festivos. O simplemente pasan un día de convivencia, celebrando una comida especial, o un viaje, como suelen hacer las de Joarilla. Este año han preferido lo del viaje, para pasar todas el día disfrutando de un buen paisaje, y conocer algún pueblo o ciudad, que les resulte atractivo e interesante. Y nada menos que han elegido Villafáfila y su Parque Natural, y la ciudad de Benavente, no muy grande, pero cargada de historia y antigüedad.  
A las 11 de la mañana, llegaron a Villafáfila y, acompañados en todo momento de un biólogo como guía, visitaron la Casa del Parque, o Centro de Interpretación: el pequeño museo de que dispone, la exposición de palomares de madera, las amplias y bellas fotografías de aves y otros animales, etc. Asistieron también a la proyección del video sobre el Parque conociendo así sus orígenes, su extensión y la fauna y flora del mismo y de su entorno, etc. A la salida recorrieron las pequeñas lagunas que rodean la casa-palomar del parque, en las que viven y mantienen durante todo el año gansos y demás variedad de aves acuáticas, que pueden ver a través de los varios miradores que hay a lo largo del recorrido.

Una de las lagunas junto a la casa del Parque.
Pareja de gansos delante de un observatorio de aves.
Otra de las lagunas que rodean el Centro de Interpretación.
Palomares en miniatura en la Exposición.
El guía acompaña a las mujeres de Joarilla por el Parque.
Cada una de ellas dispone de prismáticos para ver las aves y el parque.
En todo momento el guía les informa sobre lo que están viendo.
Después, en el autocar se dirigieron hasta el punto de observación de aves que hay cerca del pueblo de Otero de Sariegos, pueblo deshabitado en la actualidad, desde donde se contempla una amplia vista de la Laguna Grande, así denominada por ser la de mayor extensión entre  las varias que hay en todo el parque. Y desde este lugar, aunque no es la época o momento apropiado para que haya muchos gansos y demás aves acuáticas, sí tuvieron la suerte de ver los dos flamencos que, como nuevos o advenedizos, han llegado hace unos días al parque de Villafáfila y han sido motivo de información y comentario en la prensa escrita y digital de esta y otras provincias de la Comunidad de Castilla y León. 
En la Laguna Grande vieron los dos flamencos, una novedad en el Parque.
Los flamencos han tenido éxito, pues son muchas las personas que se han acercado a verlos y de paso han visitado todo lo demás. Seguramente que han hecho una escala en su peregrinaje. Parece ser que no están anillados, por lo que no se conoce su procedencia. De momento nos basta con su presencia. Ojalá que en años sucesivos se animen y sean muchos más los que descansen una temporada en Villafáfila. De todo esto y mucho más informó el guía local a las mujeres de Joarilla, cuya visita al parque terminó en este lugar, en el que pudieron también ver los numerosos palomares, uno en buen estado y otros en ruinas, que hay cerca del pueblo y de la misma laguna.
Tras la comida, en el mesón denominado Las Lagunas, en el mismo pueblo de  Villafáfila, mesón con cocina casera y especialista en carrillera, que muchas pudieron degustar, y ya por la tarde, se acercaron a Benavente, para conocer la ciudad. Hicieron un recorrido por los monumentos y lugares más destacados de la misma, dentro de su casco antiguo y más histórico, contando con las explicaciones, breves por falta de tiempo, pero siempre atinadas, de Elena Hidalgo Muñoz, profesora, ya jubilada, del I. B. “Leon Felipe”. Pudieron visitar la plaza mayor, como se pudo, pues los coches impiden ver el espacio con amplitud y nitidez; el exterior solamente de la iglesia de San Juan, pues estaba cerrada: su fachada principal y puerta del mediodía o de la Epifanía, la torre y el edificio de al lado, la actual Casa de Cultura, en el lugar que, antiguamente, estuvo el palacio de la Encomienda; por la plaza del Grano bajamos al Hospital de la Piedad, no sin antes conocer y admirar su portada y el patio del mismo.  Al subir de nuevo hacia el centro hacemos una parada en el Corrillo de San Nicolás, recordando a las mujeres de Joarilla los cambios sufridos en esta pequeña plaza, una vez desaparecida la iglesia y construidos los distintos edificios.

Un momento de la visita a Benavente. En la Plaza Mayor.
Ante la portada de la Epifanía. Iglesia de San Juan del Mercado.
En la calle de la Encomienda.
 
Patio del Hospital de la Piedad.
 El paso por La Rúa sirvió también para viesen una de las zonas más comerciales de la ciudad, pero también una de las calles en la que más se nota la transformación urbanística.

En la Rua, frente al teatro Reina Sofía.
Al llegar a la iglesia de Santa María del Azogue, Elena les explicó brevemente las distintas etapas de construcción de la iglesia, la particularidad de sus ábsides, la torre, y las tres portadas de la misma, la del sur, este y oeste.  Tuvimos la suerte de que se acercaba la hora de la misa y llegó D. Leovigildo el párroco, que nos permitió pasar al interior por lo que la información sobre la iglesia pudo ser más concreta y también más atractiva: naves, bóvedas, pilares, retablos, imágenes, pinturas de la bóveda del presbiterio, yeserías de la sacristía, etc.

Puetrta sur o del mediodía. Iglesia de Santa María.
Delante de los ábsides de la iglesia de Santa María.

En el interior de la iglesia de Santa María.
Terminada la visita a la iglesia de Santa Maria y, antes de finalizar el día, las mujeres de Joarilla pudieron ver los paseos de la Mota y contemplar las vistas generales y el paisaje que desde allí se ofrece. Además, el momento coincidió  con la puesta de sol que algunas no olvidarán. Como tampoco olvidarán la visita al torreón del antiguo castillo de los Condes, en cuya cafetería pudieron tomar un refresco o degustar un exquisito chocolate.

Contemplando el paisaje desde los paseos de la Mota.
Degustando chocolate en el Torreón del Castillo, hoy Parador de Turismo.
A las 20 horas, y ya en el autocar, recibieron, como obsequio-recuerdo de su visita a la ciudad, un libro de los dos que, sobre las iglesias visitadas, Santa María del Azogue y San Juan del Mercado, ha escrito Elena Hidalgo y que han sido editados por el Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo”.


sábado, 15 de marzo de 2014

Calle Mayor.



La calle Mayor, vista desde arriba, o lugar más elevado.
Que la calle Mayor es una de las más importantes de Joarilla, o tal vez la que más, nadie lo pone en duda. Y no precisamente por la importancia de sus casas o edificios, ni por  los vecinos que vivían o viven en ella, sino sobre todo por su longitud y anchura.  Por ella pasan las procesiones los días de fiestas, las  charangas que las anuncian, los vendedores ambulantes que procedentes de otras localidades llegan al pueblo. Comienza nada menos que en Las Eras, cerca del depósito de agua, llega hasta la Plaza Mayor y continúa, si me equivoco que alguien me corrija, hasta la Plazuela donde se encuentra el edificio del antiguo Ayuntamiento, cerca de los desaparecidos lavaderos.
A la izquierda del depósito comienza la calle Mayor.
Varas de la cofradía del Sacramento con la calle al fondo.
Colcha sobre balcón el día del Sacramento. Año 2006.
El mayordomo y cabildo de la cofradía en la calle Mayor en el año citado.
La procesión el día del Sacramento, pasando por la calle.
Imagen antigua de la fiesta de los Pastores.
Danza de las Cachas ante la Virgen del Rosario, el día de los Pastores.
Respecto a las casas, antiguamente eran casi todas de tapial o adobe, o ambas cosas a la vez, aunque estaban revestidas de capacho (mezcla de tierra con paja). Destacaban, al menos,  algunas de ellas por sus fachadas y ventanales, también las construidas con tapial y adobe o ya con ladrillo. Otras tenían un aspecto más humilde, no eran tan elevadas y con menos ventanas al exterior. Había incluso alguna con soportal, como la de la señora Federica. En la actualidad predomina el ladrillo, el cemento o pinturas de colores diversos sobre dichos materiales.
Delante de algunas casas había acera, de cantos rodados y en algún caso de cemento, que permitía pasar por ella en el  invierno cuando con las lluvias se formaba el barro en la calle. La acera también contribuía a que el polvo y el barro no ensuciasen el portal cuando se entraba en las viviendas. Pero allá por la década de 1950 la verdad es que casi no había aceras y el barro durante el invierno era permanente, así como el polvo y la suciedad durante el verano. Y es que eran otros tiempos, que ya son historia.
He aquí algunos de los que vivían en la calle mayor. Me ha ayudado a recordarlos mi hermana Solita, que los vio y convivió con ellos durante más tiempo.
1.-Partiendo de nuestra casa que es la primera, por la derecha, si vamos desde la plaza Mayor hacia las Eras,  en la misma acera, vivían: Silvino y Benilde y después, en la misma casa, Vicente y Chelo. A continuación los siguientes: el señor Esteban, padre de Nazario y de Amada; Rafael Mencía (el Ciego) y su familia; la señora Ángela y el señor Eutiquio, con sus hijos Clara y Gaudencio, el marido , y los demás hijos de la Sra. Ángela: Laudina, Daria y Eusterio.
Casi en el mismo rincón, sobre el cual he escrito en otra ocasión, estaba la casa de mis abuelos Anastasia y Sixto, y la de Suintila y Miguel, los padres de Elma, Lázaro y Jovita; seguía la de Cándida y Demetrio, los padres de Silvino; Un poco más arriba la llamativa casa de la señorita Luisa, que por cierto vivía más en la Rioja que en Joarilla.
De plata baja, y retranqueda a la calle, estaba la de la señora Federica, madre de Auxibio, de Martín, y de Esperanza, la madre de Quinito; un poco más hacia arriba Magdalena y Remigio, padres de Feliciano y Domiltila. Ahora viven allí Feliciano y Trini con alguno de sus hijos.
Estaba luego la del señor Honorato y la de Rosario, la madre de Manín. 
La calle de abajo hacia arriba. A la derecha el rincon de Suintila.
2.-En la otra acera, y partiendo desde la Plaza la primera es la casa de Doña Justina y Goyo el farmaceútico, aunque la entrada está para la calle de El Cristo. A la farmacia se entraba  por la Plaza Mayor.  Después había solares, hoy esta la casa de Baudilio el albañil: sigue la del señor Moisés, el padre de Teodoro, en la que vivieron o vive alguno de sus hijos; luego la de Ángel y la de Paco el carretero, que llegó al pueblo desde otro lugar, para ejercer allí el oficio. En Joarilla no había carretero y los carros se hacían en Albires hasta que él llegó.
Y luego las casas del señor Román, de las señoras Obdulía, Eugenia y Felicidad; recuerdo que también vivieron allí el seño Cayo y sus hijos, uno  de ellos Eliseo; Alipio el cartero con sus hijos, y seguramente que algunos otros que en este momento no recordamos, pero que nos gustaría dejar reflejado en estas páginas.
Respecto al urbanismo tenemos pocos documentos gráficos antiguos que serían de gran interés. Las casas y demás edificios: corrales, paneras, pajares, hornos, etc., contribuyen a conocer más y mejor dónde y cómo se desarrollaba la vida diaria en el pueblo.

A la izquierda casa de Justina y de Goyo, el farmaceútico. A la detrecha mi casa.
Calleja del señor Félix, hoy totalmente urbanizada.