jueves, 21 de junio de 2012

La Calle Mayor


Es una de las calles más largas del pueblo, pues desde las Eras, al menos desde donde ahora está el depósito de agua, y atravesando la Plaza Mayor, llega hasta la plaza del antiguo Ayuntamiento. También una de las más anchas por lo que la circulación de vehículos, antes carros y ahora coches, puede hacerse hacia arriba y hacia abajo al mismo tiempo y sin problemas. En la parte superior, y no lejos del final, sale una Calleja, que todos llamaban  ‘del Sr. Félix’ por tener allí su vivienda, por ella se puede pasar a la calle El Cristo.
Antiguamente, como todas las demás, estaba llena de tierra, que cuando llovía se convertía en barro, a veces un barrizal. Los carros de par, o de varas, pasaban por ella, dejando las roderas como señal de su paso. Como no había aceras las personas, niños, jóvenes o mayores caminaban muy cerca de las paredes de las casas, que tenían menos tierra o barro.
Casi todas las casas de la calle estaban construidas con tierra de tapial  o con adobes y sus puertas y ventanas de madera, algunas con rejas y con aldabas o llamadores. No faltaban rincones y hasta algún huerto o solar a lo largo de ella. 
Aspecto que ofrecía la calle en su pavimento y las casas de tapial o adobe. Decada de 1960.

Antiguamente, cuando el tiempo lo permitía, quienes más utilizaban para la diversión la calle eran los niños. Era muy corriente oír: voy  a la calle, estoy en la calle. En ocasiones hasta era un alivio para los mayores enviar a sus hijos a la calle. En ella jugaban y se divertían a su modo y según la edad. En algunos momentos hasta con la tierra, afanándose en llenar con pequeñas paletas los camiones o carretillas y otros recipientes,  de madera o latón,  procedentes a veces del regalo de Reyes. Con tierra y agua se actuaba, como si de arena de playa se tratase. Pero había también otros juegos y diversiones.  
Por la calle pasaban las procesiones el día de Sacramento, los Pastores, etc . Y también las bandas,  charangas o dulzaineros que era contratados para anunciar y animar las fiestas. A estos les acompañaban en el recorrido por el pueblo algunas personas sobre todo los niños.
De noche los ruidos procedentes de la calle no eran muchos, tan sólo cánticos de la mocedad, cuando se celebraba alguna fiesta, el paso, ya de mañana del ganado, camino del mulatero, y los carros cuando en verano iban en la noche al acarreo.
En la calle Mayor vivían muchos vecinos, pues por entonces todas las casas estaban ocupadas, casas en su mayor parte construidas con tierra de tapial, o adobe y que, han sido reparadas con otros materiales como el ladrillo, la piedra y el cemento. Y lo mismo el pavimento que hoy es de asfalto, como cualquier calle de una ciudad muy poblada por la que pasan diariamente muchas personas.
Y también vivían algunos amigos, de grato recuerdo, por los juegos, diversiones,  y vivencias de otro tipo: Eliseo, el hijo de Cayo, Manín el de Rosario, Miguel y Fernando hijos de Rafael y María. También Moisés el de Baltasara, José Luis, el hijo de Amón y Gloria y algunos otros, aunque de distinta edad y menor convivencia. Casi todos fuimos monaguillos, y nos tocó precisamente la época de D. Mere, que estuvo bastantes años en Joarilla.
En la calle había algunos vecinos con oficios: Paco el de Julia era carpintero, mi padre era el practicante, que ejerció también algunos años de peluquero y barbero, Feliciano ya había comenzado a ser sacristán y aún sigue siéndolo, Alipio, que vivió al final de la calle era el cartero. También había un albañil, aunque llegó, un poco más tarde.  
En la actualidad ha cambiado todo, las casas son nuevas o están reformadas, y con distintos colores en las fachadas, el pavimento con asfalto y en buen estado, hay limpieza, etc.  Y es que apenas pasan carros y ganado por ella, sólo, aunque no en gran número, alguna máquina cosechadora en verano, tractores durante todo el año,  furgonetas, coches, camiones, y motos. A pesar de todo, en la calle se respira silencio, tranquilidad y sosiego, pues en ella vive permanentemente poca gente y casi todos mayores, y ya jubilados. Los fines de semana esperan la llegada de familiares que residen en otro lugar, al que tuvieron que acudir por razones de trabajo.
La calle, en la actualidad, vista desde la Plaza Mayor.
La denominada Calleja del Sr. Félix, hoy de cemento en el pavimento y en las viviendas.
La calle actual vista desde arriba, ya cerca de las Eras y del depósito de agua.