viernes, 15 de junio de 2012

Escudo en la casa de la señora Fidela


Los escudos, del tipo que sean, proporcionan datos sobre los pueblos o localidades, bien porque informen sobre  personas y familias,  o sobre hechos acaecidos  a lo largo de la historia. En Joarilla no hay muchos escudos. Tan sólo en la iglesia se conservan algunos.  Se encuentran en la parte alta del retablo mayor o central, y en las dos lápidas del pavimento que están bajo la cúpula del crucero.
Pero también hay uno en la fachada de la casa de la Señora Fidela, así decíamos en lugar de referirnos al señor Eusebio, que era su marido. Los dos y sus sobrinos Antonio y Tomasa, siempre vivieron en la Plaza Mayor, no lejos de nuestra casa, Su casa y la de Eriberto forma una de las esquinas o rincones, muy cerca del comienzo de la calle de El Cristo. Y a pocos metros del grifo que ha sustituido a la antigua y añorada fuente, (todos decíamos ‘caño’), cuyas aguas, de manantial, salían al exterior  a través de tres abundantes chorros. 
Rincón de la plaza. Enfrente, la casa de la señora Fidela.
Entre la ventana y el balcón el escudo. En el dintel, y en la piedra sobre la puerta de la casa, se lee lo siguiente: Hizo esta obra Diego Gutierrez Arinteto Hautioles, año de 1694.
Bajo el escudo la siguiente leyenda o inscripción: Armas de los Gutierrez-Arinteto, Hautioles y Garcías, Robles y Gonzalez.
Dibujo realizado por Luis Miguel Bajo, con la leyenda del escudo y la fecha de construcción de la casa.

De niños y también de mayores siempre nos llamó la atención este escudo en una fachada, de piedra y ladrillo, y con algunos adornos arquitectónicos. Pero nadie se ocupó de ello, hasta que Luis Miguel Bajo ha difundido en DVD su breve, pero interesante, ‘Historia de Joarilla’. Aquí explica muy bien las armas a la pertenece dicho escudo y quienes eran en origen  sus propietarios. Se cita el 1694 como el año en el que se construyó la casa, de lo cual, sino toda ella, al menos las piedras de la fachada y seguramente el ladrillo, pueden ser de aquella época.
Pero la casa no perteneció desde siempre a la señora Fidela y al señor Eusebio. Ellos, en un momento determinado de su vida, la compraron y se fueron a vivir allí. De todas formas no deja de ser uno los edificios más antiguos de Joarilla, y proporciona información para la historia del pueblo.