domingo, 17 de abril de 2011

Las Estaciones del Via Crucis en Joarilla.

Sexta estación: la Verónica enjuga el rostro de Jesús. ------------------------------------------------------



Duodécima estación: Jesús es bajado de la Cruz.




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Decimo cuarta estación: Jesús es colocado en el sepulcro.




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Ermita del Cristo del Humilladero, en la que se encuentran, en la actualidad, los cuadros-estaciones del Via Crucis.




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Cruz de Via Crucis en una calle de Moratones de Vidriales (Zamora).




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Cruz, representando a la sexta estación del Via Crucis, a las afueras de Ayoó de Vidriales, pueblo de la provincia de Zamora, en la comarca de Benavente.




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Cruz de Via Crucis en la pared de una calle de Uña de Quintana (Zamora).




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Casa de tapial que conserva las tres cruces del Via Crucis. en Molezuelas de la Carballeda (Zamora).




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Antiguamente todos los días de la Cuaresma se celebraba el Via Crucis. Era un acto religioso normal, lo mismo que el rezo del rosario todos los días del año. Y la verdad es que asistía mucha gente, a pesar de su duración. E incluso lo vivían con fervor. Quien lo dirigía y la gente que asistía se arrodillaba delante de cada una de las catorce estaciones y rezaban y cantaban lo apropiado para cada momento.


Siempre me llamaron la atención los cuadros que representan las estaciones o distintos momentos o escenas de la Pasión de Cristo. Y después de ver muchos de ellos, por los más diversos pueblos y ciudades, he comprobado que los de Joarilla son bastante antiguos e importantes desde el punto de vista artístico.


Se trata de unos grabados, en blanco y negro, cuyas escenas están cargadas de realismo y con muchos detalles. Están enmarcados con madera, y el cristal que tienen sobre el grabado ha permitido una mejor conservación. En la parte superior hay una cruz, también de madera, sobre la que, en números romanos, se indica la estación de que se trata.


Los cuadros se encuentran en la actualidad en la ermita, aunque tampoco estarían mal en la iglesia adornando las paredes de la misma, aunque ahora no se celebre este acto religiosos con tanta frecuencia.


Algunos días de la Semana Santa, sobre todo el Domingo de Ramos y el Viernes Santo el Via Crucis tenía lugar por las calles del pueblo que van desde la plaza de la iglesia hasta la ermita del Bendito Cristo del Humilladero. Se pasaba por la calle y plaza de la escuela y por la calle de Las Cruces. Esta calle tiene su nombre precisamente porque en ella se colocaban cruces, las correspondientes a las catorce estaciones. El cura, sacristán, monaguillos y demás acompañantes, se detenían delante de cada una de ellas para hacer los rezos y también los cánticos apropiados para cada momento.


Porque de una a otra estación se solía cantar el Perdona a tu pueblo, Señor,/perdona a tu pueblo, perdónale, Señor. O este otro: Amante, Jesús mío,/ ¡oh¡ cuánto te ofendí:/ perdona mi extravío/ y ten piedad de mí…


A veces el Via Crucis era solamente cantado, pues los vecinos de Joarilla conocían el texto de una versión antigua y popular, que gustaba e impresionaba mucho a todos. Como ejemplo he aquí el de la primera estación:


Acompaña a tu Dios, alma mía,


cual vil asesino llevado ante el juez.


Y al autor de la vida contempla


por ti condenado a muerte cruel.


Dulce Redentor,


para mi era esa pena de muerte.


Ya lloro mis culpas y os pido perdón.


¡Madre afligida, que penando vas,


logradnos la gracia


de nunca pecar¡


Como este, e incluso más llamativos, sensibles e impresionantes, son los textos de las demás estaciones. Y es que en aquel tiempo, años cincuenta y sesenta del pasado siglo, predominaba lo religioso en toda España. En las misiones, Via Crucis, sermones, etc. el lenguaje empleado era duro y exigente con los creyentes. Y es que todavía estaban lejos la cultura, el progreso, y las libertades de pensar, sentir y actuar de los ciudadanos.