domingo, 30 de enero de 2011

Febrero y sus fiestas


Los quintos celebraban antiguamente fiesta en casi todos los pueblos.

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Ofrenda de dos pichones en la fiesta de Las Candelas en la iglesia de santa Marina de León. (Foto del libro "León. Fiestas y Romerías, 1998".
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Niños y velas en la fiesta de Las Candelas. Iglesia de santa Marina de León. (Foto del libro "León. Fiestas y Romerías", 1998).
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Son numerosos los refranes que hay referidos a estos primeros días del mes de febrero, entre ellos los siguientes:
Por san Blas, la cigüeña verás, y si no la ves mala señal es.
Mira con cara risueña, por san Blas, a la cigüeña.
El día de la Candelaria, la cigueña en las campanas; y si no hace frío la golondrina buscará su nido.
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Sobre los comienzos del mes de febrero se dice lo siguiente:
El primero brigidero (santa Brígida)
El segundo candelero (
Las Candelas)
El tercero san Blas…
Y el quinto las Águedas…
Hay que tener en cuenta que es el mes más corto del año (28 días y si es bisiesto 29). Se ha celebrado ya san Antón (17 de enero), con los refranes y demás actos religiosos o no religiosos. Y poco a poco se van acerando los carnavales.
Antiguamente, en Joarilla, se vivían más intensamente estos primeros días del mes. Por santa Brígida (día 1) el protagonismo era para los mozos de reemplazo, los quintos.
La víspera, (día 31de enero) iban a pedir al cura o sacristán las llaves de la iglesia para tocar las campanas a la santa durante la noche. Así me contó Feliciano hace tiempo.
Por otra parte, el alcalde les daba un cántaro de vino para pasar esa noche, en la que se también hacían una hoguera en la Plaza Mayor del pueblo.
Al día siguiente (día 1) los mozos quintos salían a pedir por el pueblo, incluso llevaban canastos, pues era gran cantidad de alimentos lo que les daban: huevos, chorizos, dulces caseros, bebidas, etc. Aún siguen esta tradición en algunos pueblos próximos como es el caso de Izagre.
Además solían salir de caza estos tres primeros días del mes y nada les decían los guardas del campo, pues era la tradición la que mandaba y se imponía. Durante los tres días celebraban una merienda.
Hay que añadir que el que entraba de mozo pagaba una cuartilla de vino. El entrar de mozo llegó a ser un acto como entrar en sociedad o vestirse de largo. Pero en este caso se tenía que pagar la cuartilla de vino.

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El día 2 la Iglesia celebra la fiesta de la Presentación del Niño Dios en el Templo y la Purificación de la Virgen, conocida popularmente como fiesta de las Candelas, la Candelaria o la Candela.
Hay unos versos que dicen asi:
El día de Las Candelas,
el día dos de febrero,
el día que salió a misa
María, Madre del Verbo.
Según Feliciano, antiguamente había misa con procesión en la que se sacaba a la Virgen del Rosario. En las andas se colocaba una pareja de pichones, a poder ser con las plumas de color blanco, o un cordero, que se rifaban por la tarde, al salir del rosario. El dinero, del que se hacían cargo las Hijas de María, se dedicaba a algo relacionado con el altar o la imagen de la misma Virgen.
Pero en este día de Las Candelas tenía también lugar otra ceremonia religiosa. Si alguna mujer había tenido un niño, ella no podía salir a la calle ni ir a la iglesia hasta que no hubiesen pasado 40 días. Tenía que cumplir con la antigua ley: …Así que se cumplieron los días de la purificación, conforme la Ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén para presentarle al Señor…(Lucas 2, 22-24). En este día podía ir a purificarse con el niño en brazos y llevando también una vela. A la entrada de la iglesia la recogía el cura y, con la estola sobre el niño, la iba acercando al altar. Y después de rezar una oraciones y recibir algunas bendiciones, madre y niño regresaba a su casa en donde su vida dentro y fuera del hogar, como que pasaba a ser más normal, por haber cumplido con el rito religioso y tradicional de la purificación.
Y por san Blas (día 3) seguía la fiesta de los quintos iniciada ya con santa Brígida, sobre todo había merienda en alguna bodega del pueblo.
No tengo constancia de que se celebrase fiesta por santa Águeda, las Águedas (día 5) que tanta importancia ha tenido y tienen en otros lugares.

viernes, 21 de enero de 2011

Ayuntamiento


Antigua casa, en la calle Costanillas, en cuyo solar se edificó el Ayuntamiento de Joarilla de las Matas.

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Fachada principal del nuevo edificio del Ayuntamiento de Joarilla. (Foto Alfonso Crespo).
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Parte posterior del edificio, nuevo Ayuntamiento de Joarilla de las Matas.
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Salón de actos y reuniones. Sirve para las actividades municipales y también para las culturales.
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Las cachas, símbolo de Joarilla, en una de las paredes del edificio.
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Edificio que albergaba antes el Ayuntamiento, después de haber sufrido reformas en su fachada, respecto al anterior.
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Desde hace varios años, Jorilla, lo mismo que otros pueblos de la comarca, tiene un nuevo edificio, que alberga las oficinas del Ayuntamiento y otros servicios.
Se construyó en el lugar que ocupaba una antigua casa que hacía esquina en la calle Costanillas, no lejos del lugar en el que se encontraba la casa parroquial, hoy convertida en un solar. Enfrente, al otro lado de la calle, estaba la carnicería de Teodoro, que regentó después su hijo, a quien todos conocen y llaman El Chato.
El nuevo edificio municipal es moderno, tanto en su arquitectura exterior, de piedra y ladrillo con grandes ventanales, como en las distintas dependencias de su interior: oficinas, archivo, biblioteca, sala de espera, salón de actos y reuniones, etc.
No hay que olvidar que al Ayuntamiento pertenecen también Valdespino Vaca y San Miguel de Montañán, que se encuentran a uno y tres kilómetros de Joarilla. Allí se gestionan los asuntos de los tres pueblos.
En el exterior y en los respectivos mástiles están colocadas las banderas de España, Castilla y León, León, Europa y también la de Joarilla, que se identifica por su color verde y con el espacio interior, una forma de aspa, en cuyos ángulos hay una espiga de color amarillo. Y en lo alto de una pared de ladrillo, como adorno, se pueden ver cinco cachas de madera, como recuerdo de ser pueblo ganadero y de celebrarse fiestas de pastores con danza de las cachas. También en el escudo del pueblo figuran dos cachas.
El edificio anterior que se utilizaba como Ayuntamiento estaba en la plaza o plazuela que llevaba su nombre y muy cerca de los lavaderos, hoy desaparecidos. Era de planta baja y en forma de nave rectangular con una puerta algo elevada del suelo. Sobre la puerta una pequeña bombilla dentro de un plato que, de noche iluminaba la fachada. Así era lo que se utilizaba para la iluminación, antiguamente, por las calles del pueblo.
En su espacio interior era muy difícil que se pudiese gestionar y almacenar todo lo que genera una actividad municipal durante tantos años. Oficina, archivo y salón era todo una misma cosa. Era, pues, necesario construir uno nuevo más de acuerdo con las necesidades actuales y con tecnología moderna.

viernes, 14 de enero de 2011

San Antón y los refranes.


Retablo de san Roque en la iglesia de Joarilla. En él se encuentra la imagen de san Antón.

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Imagen de san Antonio Abad en la iglesia de Joarilla de las Matas.
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Bendición de animales el día de san Antón a las puertas de la iglesia de Cerecinos de Campos, pueblo próximo a Benavente.
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Quintos del año 2010 recitando refranes a las puertas de la iglesia de Cerecinos de Campos.
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San Antón es un santo muy popular. Su imagen se puede ver en iglesias y ermitas de muchos pueblos y ciudades, también en Joarilla. En algunas de ellas es el patrón.
Su fiesta se celebra el 17 de enero y es una de las primeras del año nuevo.
Fue abad de un monasterio y viste de monje con hábito talar negro y con manto y capuchón del mismo color. Se le considera patrón de los animales, por lo que aparece siempre acompañado de alguno de ellos, sobre todo del cerdo. Otros atributos son el libro abierto, al bastón terminado en forma de Tau griega y la campanilla que cuelga del bastón o que lleva su cerdo.
En Joarilla antes se celebraba siempre su fiesta, y era una de las más llamativas y destacadas del invierno, después de las de Navidad. Fiesta religiosa, pero también con algunos actos no religiosos.
Solía acudir casi todo el pueblo a la iglesia y, antes de la misa, asistían a la procesión acompañando al santo que era llevado sobre las andas. Por cierto que era un santo muy querido por todos, tanto como a un hermano, según me dijo, en cierta ocasión, Feliciano, el sacristán, al contarme lo que pasó con Luis Crespo.
Resulta que un año, al comenzar la procesión, parece ser que se rompieron las andas y se cayó el santo, y allí estaba Luis dispuesto a llevarlo sobre sus hombros durante todo el recorrido. Así se comportaban en Joarilla, y otros pueblos con sus santos. Se les tenía respeto y se confiaba mucho en ellos.
En la misa el sacerdote hablaba de san Antón, de sus atributos y de sus atenciones, en este caso, proteger a personas y animales, pero más a estos últimos. Al finalizar la misa el cura, acompañado del sacristán y de los monaguillos salía a las puertas de la iglesia para proceder a la bendición de los animales que allí le esperaban: perros, burros, ovejas y caballos. Sobre todo caballos, pues montados sobre ellos estaban allí los quintos del año para proceder al acto, ya no religioso, más importante del día, como eran los refranes, recitar refranes dedicados o en honor de san Antón, ya que todos empezaban por ¡Oh¡ glorioso san Antón, santo de Dios muy divino, aquí te vengo a contar, lo que pasó a.... Y seguían con el relato en torno al hecho ocurrido y sus protagonistas.
Como cosa curiosa y que llama la atención hay que destacar el que los quintos que iban sobre los caballos llevaban botas llenas de vino y apretándolas salía de ellas el líquido elemento que caía sobre las personas, sobre todo las mozas, que estaban en la plaza o salían de la misa. Esto provocaba carreras gritos y cierto jolgorio, lo cual era un componente más de la fiesta.
Los refranes eran composiciones en verso, con rima asonante casi siempre, en los que se hacía un recorrido por algún hecho, suceso o acontecimiento, gracioso o no gracioso, ocurrido en el pueblo, a lo largo del año. También podían tocar temas sociales o políticos, pero estos en menor grado e implicación, pues no eran aquellos tiempos propicios para la libertad de pensamiento y menos de expresión. Aunque en este día a nadie le parecía mal cualquier tipo de crítica o comentario jocoso que se hiciese sobre él o algo suyo. Los asistentes al acto solían tomarlo a broma y disfrutar del momento sonriendo.
Siento no tener a mano y por escrito algunos de aquellos refranes que se recitaban sobre cosas ocurridas en el pueblo. Porque, aunque cada año eran distintos, algunos se hicieron famosos y difíciles de olvidar.
Alguien me habló de un año en el que se contaron cosas como: Cuando Trini se cayó al lavadero…; el refrán dedicado a Luisita…; el cerdo que se puso a correr después de clavarle el cuchillo…etc. Y uno dedicado a Feliciano el sacristán, una de cuyas estrofas decía:
¡Oh¡ glorioso san Antón
Que estas mirando a las eras
Y no ves a Feliciano
Escurrir las vinajeras…
Después de los refranes los quintos se marchaban con sus caballos a toda carrera, Solía recorrer las calles del pueblo haciendo una visita a las casas en las que vivía alguno que se llamase Antonio o Antonia, quienes les invitaban a dulces y copas.
En su recorrido llegaban hasta San Miguel de Montañán y Valdespino Vaca, pueblos del Ayuntamiento de Joarilla y en donde se juntaban con los quintos de estos pueblos para celebrar juntos la fiesta, fiesta que terminaba con un baile en el salón de mi tío Anastasio, un baile al modo tradicional, pero, como siempre muy animado.

jueves, 13 de enero de 2011

El Cordel de las Merinas y la Memoria Histórica.

Al escribir hace unos días en este blog sobre el Cordel de las merinas, de Joarilla, me ha venido a la memoria un hecho o acontecimiento triste, que me contaron hace tiempo algunas personas del pueblo, y que pudo haber ocurrido en los años de la guerra civil. De ahí el título del escrito.
Hace 60 o 70 años para viajar a la capital desde Joarilla, era necesario ir a coger el coche a uno de los pueblos próximos por los que pasa la carretera. Había que hacerlo en bicicleta, en carro o sobre una caballería, y por caminos de tierra. Menos mal que la distancia era solamente de ocho o nueve kilómetros.
Parece ser que, en época invernal, uno de los días de aquellos lamentables años, una persona de Joarilla fue a Valverde Enrique en su bicicleta, para coger el coche que le llevaría a León.
Al regresar de la capital y ser ya casi de noche, un amigo de Valverde le dijo que dejase la bicicleta allí, y que su hijo le llevaba en el caballo hasta Joarilla, cosa que así hicieron.
De Valverde a Joarilla hay que pasar por el monte de Ladís y atravesar el Cordel de las Merinas.
Emprenden el viaje, a caballo y ya de noche, y una vez pasado el monte, ven, no muy lejos, unas luces y varias personas, unos hablando y otros llorando.
Acuerdan cambiar de dirección para pasar algo más lejos del lugar y del griterío. Y lo hacen, pero incluso desde más lejos ven que donde estaban las luces había una camioneta parada y, al tiempo que oyen llantos y gritos, suenan tiros.
Parece ser que, ya con anterioridad, habían excavado allí una fosa, y estaban arrojando en ella a algunos asesinados en esa noche. De dónde procedía la camioneta nada me contaron, ni tampoco la procedencia de las personas. Pudiera tratarse de uno más de los muchos lugares en que haya enterradas personas, que fueron asesinadas en los años de la guerra civil.
No me dijeron el lugar exacto en que ocurrió el hecho, pero debió de ser en el mismo Cordel y no lejos del monte de Ladis. Posteriormente me enteré de que durante muchos años algunas personas (no se ni quiénes, ni de qué pueblos) estuvieron llevando flores para depositarlas en el lugar.
Seguramente que algunos de Joarilla, sobre todo mayores, conocen el hecho por haber vivido en aquellos años, o porque se lo contaron sus antepasados.
Desde que se aprobó la Ley de Memoria Histórica han sido ya muchas las fosas excavadas para recuperar y enterrar dignamente a los asesinados en aquella época. Concretamente no hace mucho tiempo se excavó una en Izagre, un pueblo próximo a este lugar. La tumba estaba a la salida del pueblo, cerca de la carretera.
Me ha parecido interesante contar esto, para que se conozca, aunque no deja de ser un caso más de los muchos ocurridos en la provincia de León, y en la demás provincias de Castilla y León y del resto de España. Y es que la información, además de estar en los archivos, libros y documentos escritos, se encuentra también en el recuerdo y relato de las personas que vivieron en aquella época, o en las que escucharon su testimonio o legado.



miércoles, 12 de enero de 2011

El Cordel de las merinas

Las tres cañadas de la mesta. La del centro, es la leonesa occidental, que pasaba cerca de Joarilla.
(Dibujo tomado del libro Pastores y Trashumancia en León, 1992, de Manuel Rodriguez y Antonio Gómez)-

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La cañada o cordel de las merinas, en la actualidad, a su paso por Joarilla.
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El monte de Ladis, ahora de sus hijos, se encuentra muy cerca del cordel.
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Encinas centenarias que se pueden ver en el camino de acceso a la casa del monte.
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Algunas encinas y robles que aún se conservan en la Dehesa, cerca del cordel.
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Rebaño y pastores por la cañada de La Vizana, camino de Extremadura. Al fonfo la ciudad de Astorga. (Fotografía del libro Pastores y Trahumancia en León. 1992).
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Otro rebaño por la cañada de La Vizana, cerca de Astorga. (Foto del libro ya citado).
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La Presentación en León el pasado mes de diciembre del libro De Babia a Sierra Morena – Un viaje ancestral por la Cañada Real Berciana de Manuel Rodríguez Pascual (texto) y Fernando Fernández (fotografías), me sugerido escribir algo sobre el cordel o cañada de Joarilla. No deja de haber sido este lugar, y sigue siéndolo, uno de los pagos más conocidos y destacados del campo, pues a ambos lados del mismo siempre hubo tierras de cultivo, cereales y viñedos. Y además estaba muy cerca del monte de Ladis, de la Mudarra y de la Dehesa.
Pertenece y forma parte de la antigua Cañada Leonesa Occidental. Los diferentes cordeles que la forman se dirigían desde los puertos de la montaña, en las cuencas altas del Bernesga y Torío, hacia la ciudad, bordeándola, y se unían en Puente Castro antes de cruzar el río Torío. La cañada continúa por el Puente Villarente y sigue no lejos de Mansilla de las Mulas, Santas Martas, y otros pueblos, hasta Mayorga de Campos, ya en la provincia de Valladolid. Y después de recorrer 650 kilómetros, termina en tierras de Extremadura.
Antes de llegar a Mayorga ha pasado cerca de Joarilla. Para los Joarillenses siempre fue y es recordada y denominada ‘cordel de las merinas’.
Era frecuente que vecinos del pueblo se acercasen al Cordel para ver pasar a los rebaños, cientos de ovejas, los perros mastines, y los pastores (mayoral, rabadán, zagal y demás ayudantes), unos a pie y otros en burros u otras caballerías. En ocasiones pernoctaban en el mismo cordel y, a veces, los dueños del monte les prestaban alguna atención, tal como leemos en el libro Memoria de la Trashumancia, editado por el Diario de León en la Biblioteca Leonesa de Tradiciones.
Una persona, que vivió la trashumancia, siendo zagal, y que cuenta con detalle todo el recorrido por la Cañada, al llegar a este lugar dice:
El Cordel era ancho, aunque con bastante viñedo a uno y otro lado, que era necesario proteger. Por tierras llanas y caminos polvorientos llegamos a un descampado entre los pueblos de Albires y Joarilla de las Matas, donde pernoctamos.
Allí apareció un señor pidiendo que lleváramos el ganado a pasar la noche a una finca de su propiedad. En lugar de darnos de cenar, vino cargado con una espuerta de racimos de uvas, que distribuimos entre los cinco…
También quiero recordar lo que ocurrió el año en el que, cuando pasaban por el Cordel los rebaños, se desencadenó una gran tormenta, con abundante granizo, lo que provocó la muerte de muchas ovejas. Los del pueblo que salieron para ver la situación en que se encontraban y prestarles ayuda, regresaron con ovejas de las que se pudo aprovechar su carne.
En la actualidad el Cordel casi ha desaparecido, en parte por las obras de la concentración parcelaria y también por culpa del arado que algunos han utilizado para ampliar sus tierras. Además se ven por allí regueras o acequias, aunque naturales, por las que ya corre agua, de la que algunos se sirven para regar.
El Cordel de las merinas de Joarilla, como el de otros muchos lugares, está a punto de desaparecer, pero sigue teniendo historia y en torno a él todavía hay mucho que decir y contar, como ocurre con todos aquellos lugares que han servido para el paso de las personas o de las animales, en este caso las ovejas merinas. Solamente la vigilancia y el cumplimiento de lo legislado al respecto, podrá hacer que se pueda seguir contemplando y admirando este legado del pasado y de la tradición leonesa de la trashumancia.

miércoles, 5 de enero de 2011

Tan, tan, ya vienen los Reyes...


Momento de la Huida a Egipto en la representación del año 1956.

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Los Reyes Magos, con sus pajes, al comenzar la representación, en el año 1953. Caminaban cantando lo siguiente:
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Los tres reyes árabes emprenden,
una marcha, alegres y contentos,
deseando llegar, al momento,
a quien buscan llegar a encontrar.
Van en busca del Rey de los cielos,
del eterno Hijo de Dios Padre,
que ha nacido de una Virgen Madre,
¡Oh¡ prodigio, digno de admirar...
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Pregonero y alguacil ante el rey Herodes con su paje al lado. Año 1956.
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Los tres Reyes ante Herodes junto a su palacio. Representación del año 1953.
Herodes les dice: ¿Tres reyes de la Arabia? ¿Cómo se entiende, de la Arabia o de la rabia?
La rabia será la mía, pues ¿qué pretenden esos reyes extranjeros entre la gente judía?......
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Mujeres que hicieron de lloronas, por la matanza de sus hijos, en la representación del año 1955.
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El rey Herodes y su paje en el año 1954.
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En la imagen los que hicieron de reyes y cura en el año 1959.
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"Tan, tan, ya vienen los Reyes..." es el título y primer verso de un villancico de Navidad que se oía mucho al acercarse el seis de enero, festividad de los Reyes Magos. Y es que antiguamente, por la década de 1950 y 1960, se vivía más intensamente esta tradición. Lo del papa Noel aún no había llegado ni se conocía en Joarilla.
En este día había mucha fiesta y más si se representaba el auto de los Reyes Magos, como solía hacerse casi todos los años.
-Fiesta mágica y muy esperada por los niños. La víspera se preocupaban de colocar los zapatos, bien limpios, en las ventanas que daban a la calle y que había que dejar, durante la noche, un poco abiertas. Estábamos seguros de que iban a pasar por allí los Reyes y dejarían los regalos. Los niños se acostaban temprano y durante la noche, entre sueños o despiertos, oían ruidos de caballos, que pasaban por la calle. Y hasta se imaginaban la escalera colocada en las ventanas para subir y depositar dichos regalos.
-Y también mucha fiesta para todos los demás, pues, después de la misa, solía representarse “los Reyes”, poniendo en escena los momentos más destacados en relación con este tema evangélico. Durante varios días, jóvenes y algunos mayores, se habían preparado para ello, ensayando como actores que representaban a los dsitintos personajes.
Unos hacían de Melchor, Gaspar y Baltasar, vestidos a la antigua, con sus respectivos pajes y cada uno con su caballo; otro hacía de rey Herodes; había también doctores de la ley, conocedores como nadie de las Sagradas Escrituras.
Por supuesto que no faltaba el portal el Belén a donde se habían instalado san José, la Virgen María y el Niño Jesús, y a donde llegarían los Reyes para adorar al Niño y ofrecerle oro, incienso y mirra. Ni faltaba el ángel, que informó a los Reyes de que se alejasen de Herodes, pues quería asesinarlo.
Precisamente, una de las escenas que más sorprendía a todos por su crueldad era la matanza de los inocentes. Se trataba de unas madres con sus niños en los brazos (en este caso muñecos y muñecas), que se lamentaban y lloraban su muerte.
Y durante la representación también había quien hacía de alguacil y pregonero.
La plaza Mayor se llenaba de gente, no solamente del pueblo, sino también de los pueblos vecinos. Por entonces, la población era mucho mayor.
Y todos disfrutaban y vivían intensamente esta tradición religiosa. Era otra la forma de vida y las costumbres. Y aunque, en la actualidad, se goce de mayor libertad, progreso, educación y cultura, debemos respetar la tradición, como testimonio del pasado.
Antes y después de la representación se cantaban villancicos populares y, en este día de Reyes, el que más se oía era este:
Tan, tan, ya vienen los Reyes,
tan, tan, Melchor y Gaspar,
tan, tan, les sigue un negrito
que todos le llaman el rey Baltasar.

Tan, tan,les sigue una estrella,
tan, tan, la vieron llegar,
tan, tan, junto a un portalito,
donde ha nacido el Rey celestial.
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Fotografías tomadas del libro:
Pérez Mencía, Emiliano. "La Cordera y los Reyes. La Navidad en Joarilla de las Matas". Benavente, 2003.