viernes, 28 de mayo de 2010

El Mayo y los Mayos


Mayo es el mes más importante de la primavera. Con razón se le llama el mes de las flores. Pero también es el mes en el que comienzan, por todas las partes, las fiestas, romerías y tradiciones populares. Una de estas es la conocida y denominada el mayo o los mayos, con raíces muy antiguas y que se celebra o, mejor dicho, se celebraba, en casi todos lo pueblos de Castilla y León. También lo hacían en Joarilla.
En torno a ella son varias las manifestaciones. La más antigua consiste en disfrazarse personas, cubriendo su cuerpo con ramajes y flores, y así van por las calles del pueblo y llaman en las casas, pidiendo algún donativo, que luego emplearán en una comida o merienda. En otros pueblos, como ocurre en Jiménez, Santa Elena y Villanueva del Jamuz, los mayos son muñecos, que representan personajes o escenas de la vida cotidiana, oficios, costumbres, etc., y que se colocan sobre plataformas de madera, a modo de escenarios, por las calles y plazas de los pueblos.
Preparando haces de pajas de centeno. Jimenez de Jamuz. (León)
Escena agírcola. Arando la tierra. Jimenez de Jamuz.
Embotellando el vino. Jimenez de Jamuz.
El pastor. Jimenez de Jamuz.
Un jubilado descansando con el jarro y el vaso de vino en la mesa. Jimenez de Jamuz.
Escena de D. Quijote y Sancho. Villanueva de Jamuz.
De primera Comunión. Villanueva de Jamuz.

Pero la forma más general y arraigada en la mayor parte de las localidades era y sigue siendo colocar el mayo, o como se dice popularmente, plantar el mayo, en alguna calle, plaza o plazuela, o junto a una ermita o iglesia. Se trata de un árbol, generalmente chopo, negrillo o de otra especie, que sea abundante en la zona, y que suele colocarse, en el lugar, previamente fijado, la noche del día 30 de Abril, antes de dar comienzo el uno de Mayo. Este árbol es elegido, cortado, transportado y colocado por los mozos del pueblo, casi siempre los quintos del año, y suele ser donado por el Ayuntamiento. Al terminar el mes lo subastan y con lo que sacan celebran una merienda.
El mayo de Santa Colomba de las Monjas. (Zamora)
Cañizo. (Zamora).
El mayo y la maya. Manganeses de la Polvorosa (Zamora)
Mayo de Brime de Urz (Zamora)

En su copa, o bien dejan unas ramas, muestra evidente de la vida vegetativa del mismo, o bien colocan algún muñeco u otros objetos más o menos atractivos, o de contenido simbólico. En sana competición, antiguamente, se subía o escalaba por el mayo y quien más arriba lo hiciese ganaba un premio o lo que en el árbol se ofreciese. En esto había cierta rivalidad entre los pueblos, queriendo demostrar qué mayo era el más alto o el más grande, y también rivalidad entre los mozos, fuesen quintos o no los participantes, intentando demostrar quién era el que ascendía más metros por él. En algunos lugares incluso quitaban la corteza del árbol y untaban el tronco con cera o con manteca, lo cual suponía un mayor esfuerzo, habilidad o astucia, para los escaladores, y una mayor dificultad para poder conseguir los premios. Todo esto nos hace pensar en que el mayo-árbol era y es también símbolo de la vitalidad, el vigor y la fuerza de los mozos o jóvenes del pueblo. Cuanto más alto, grande y pesado fuera, más fuerza, vigor y juventud se atribuían. Pero también servía para su distracción y entretenimiento.
Si cortar el árbol y trasladarlo al lugar de la instalación era ya una aventura, pues antiguamente lo hacían a brazo o, a lo sumo, sirviéndose de carros, mucho más lo era el levantarlo y elevarlo, hasta conseguir introducirlo en el hoyo previamente preparado. Lo que hoy hacen con ayuda de tractores con palas, grúas y otras maquinas, antes lo hacían con maromas, escaleras y a brazo partido. A veces utilizaban también los carros para introducirlo en el hoyo. Esta operación tradicional de plantar el mayo, con maromas, escaleras y brazos, contaba con una especie de capataz o jefe, que con su voz y la palabra ...Arriba¡, repetida cada cierto tiempo, conseguía la unión de las fuerzas de todos, para que el impulso elevador fuese mayor.
El mayo-árbol quedaba allí todo el mes y servía para recordar la primavera fecunda, la naturaleza y la vegetación, la fuerza y el vigor de la juventud. Aunque se trate de un árbol sin ramas, su tronco tiene vida, la que le proporciona la savia y las gentes que pasan junto a él o viven cerca de él.
En algunos pueblos era y es el centro de atención más importante durante el mes, pues a su alrededor se celebraban diversos actos lúdicos y festivos, como cánticos, danzas, bailes, meriendas, etc. Cada localidad tenía y tiene unas costumbres distintas.
En Joarilla, antiguamente, también se plantaba el Mayo en la plaza del pueblo. Y se vivían más las antiguas tradiciones descritas en torno al mismo. Había más población y los mozos quintos se encargaban de ello.
He querido recordarlo al terminar este mes. Y a falta de imágenes sobre el mayo de Joarilla, podemos contemplar los mayos de otros pueblos de la provincia de Zamora y de León en los que todavía continua la tradición.