miércoles, 12 de mayo de 2010

Valdelafuente





Valdelafuente.



Calle de la Fuente.


Desde los lavaderos sale la calle denominada de la Fuente y desde la plaza de la Escuela sale la del Arroyo. Ambas confluyen cerca del lugar denominado Valdelafuente. Existe allí, desde hace muchos años, tal vez siglos, una fuente con abundante manantial de agua, de la que se han servido siempre los vecinos de Joarilla para el servicio de su casa y también de sus trabajos y ocupaciones. E incluso se bebía, pues se la consideraba pura y transparente.
Esta fuente junto con la de El Chopo y la que existía en el centro de la plaza Mayor (el Caño) eran los tres manantiales más importantes del pueblo y que serán recordados para siempre por quienes vivieron el pasado del pueblo.
En las calles del Arroyo y de la Fuente había algunos solares y corrales con tenadas. Y los vecinos no eran muchos. Por allí vivían mis amigos Casimiro, el hijo de Casiano y Eliseo, el hijo de Cayo. Ahora, como emigrantes ya jubilados, regresan al lugar siempre que se les presenta la ocasión, para ver, vivir y no tener que recordar su pueblo, su calle, ni la fuente que siempre tuvieron tan cerca.

En la actualidad, la fuente está limpia y reparada, y cerca de ella hay chopos, algunas choperas y mucha vegetación, que contribuye a hacer más agradable el lugar. El agua se utiliza para limpiar herramientas y otros útiles agrarios, y también para regar algunos huertos cercanos. La que sobra sale hacia el prado de abajo camino del arroyo El Reguero, que pasa cerca de allí.
Desde la fuente, hacia el norte, se ve parte de la iglesia, sobre todo la torre, y algunas casas que la rodean. Y hacia el mediodía, el prado y las tierras sembradas de cereales, todo ello verde en primavera. En medio de ellas destacan los palomares de Fabio y de Máximo, con abundantes palomas.
Desde la fuente se ve parte de la iglesia y casas que la rodean.
Y los palomares de Máximo y Fabio en medio de los sembrados.

El agua, las fuentes, los chopos y demás vegetación hacen más bello el paisaje y contribuyen también a que la vida y la estancia de los vecinos sean más agradables.