domingo, 31 de enero de 2010

Iglesia. La Sacristía.



Es amplia, está al costado sur, no lejos de la cabecera de la iglesia y, aunque su ventana está cerca de una calle estrecha, goza buena luz. Dispone de unas cajoneras antiguas y de buena calidad, como lo son las ropas litúrgicas que se guardan en ellas: capas pluviales, casullas, estolas, humerales, vestidos de la Virgen del Rosario, etc. Y también albas, amitos, cíngulos, manípulos, etc., y todo tipo de ornamentos necesarios y utilizados por la iglesia, más antiguamente, que en la actualidad.
Capa utilizada en los días de fiesta.
Capa que se utilizaba en los funerales.

En la sacristía hay también dos armarios, uno empotrado en un pared y en el que se guardan las vinajeras, cálices, copones, campanillas, cajitas de oleos, incensario y naveta, etc. y el otro, traído de la antigua casa del cura, era y que sigue siendo el Archivo Parroquial. Contiene documentos y libros, algunos muy antiguos. Conviene conservar estos libros, pues en ellos, junto con los que se encuentran en el Ayuntamiento, está contenida gran parte de la historia del pueblo.
Armario empotrado en la pared.
Algunos de los objetos utilizados en la liturgia diaria.
El armario, archivo parroquial.

Junto a la pared de la ventana hay un banco con cajonera debajo, que se usaba y se sigue usando para sentarse, y también para guardar otros utensilios de la parroquia cono ciriales, varas del palio, etc.
Cruz y ciriales.

Sobre las cajoneras, y hasta que sean trasladadas a otro lugar de la iglesia, se pueden ver dos imágenes de gran valor y antigüedad, una de San Antón, ésta más antigua y de más valor que la que está en el altar de san Roque, y otra de la Virgen con el Niño, que es también muy antigua y de gran valor. Llevan allí mucho tiempo.
San Antón.
Virgen con el Niño.

La sacristía hace ahora de oficina parroquial, por eso en el centro de la misma hay una mesa de despacho, para uso del sacerdote. Esta tarea la realizaban antiguamente en la casa parroquial de la calle Costanillas.
Los monaguillos, el sacristán, los cantores y cantoras y, por supuesto el cura, son los que más utilizaban y utilizan la sacristía, lugar sagrado (de sacrum) por formar parte de la misma iglesia. Allí se reúnen antes de la celebración de las ceremonias litúrgicas y se deciden las formas y modo de realizarlas

domingo, 24 de enero de 2010

Iglesia. Retablo del altar mayor.

Vista general del retablo.

Cristo en la cruz y escudos de los patrocinadores.


Santo Tomás, apóstol, patrón de la parroquia.


Sagrario antiguo que estuvo colocado en el retablo.


Escena del martirio de santo Tomás.

La Virgen en el Cenáculo después de la resurrección de Cristo, en compañía de 11 apóstoles (ya no está Judas). Tomás, que ha llegado tarde, se coloca a su lado.


Doctores de la Iglesia: san Ambrosio y san Jerónimo.


San Tomás en un momento de la predicación.

Escena que relata el evangelio de san Juan, 20. 26-27: Jesús se aparece por segunda vez a los apóstoles. La primera vez no estaba Tomás, pero ahora sí. Y les dijo: "La paz sea con vosotros" y luego dijo a Tomás: "Alarga acá tu dedo y mira mis manos, y tiende tu mano y métela en mi costado y no sea incrédulo sino fiel". Tomás respondió y dijo: "¡Señor mío y Dios mío¡"


Doctores de la Iglesia: san Agustín y san Gregorio.

El retablo consta de tres calles, en dos de las cuales, (las de los extremos) tiene tres cuadros, pintados seguramente cuando el retablo se instaló en la nueva iglesia, una vez construida en el siglo XVIII. Las pinturas están algo deterioradas y cubiertas de una capa de polvo que impide verlas con nitidez y conocer mejor su valor artístico. Las cuatro superiores y de mayor tamaño representan escenas diversas de la vida de Santo Tomás, el incrédulo, y llamado Dídimo, que es el patrono. Las dos tablas inferiores son imágenes de cuatro de los doctores de la iglesia.
Al pie de cada fotografía pueden leer un breve comentario sobre, lo que a mi parecer, representa cada una de ellas.
En la calle central y en la parte superior hay un crucifijo con los escudos de los patrocinadores a sus lados. Debajo del crucifijo la imagen de Santo Tomás, el patrón de la iglesia, y en la parte inferior un bello expositor, que contribuye a dar realce a todo el retablo. En el expositor, y hasta el cambio del altar con la nueva liturgia, había un antiguo sagrario, de gran valor artístico y tal vez más antiguo que el mismo retablo, que ahora se encuentra abajo, aunque en el mismo presbiterio.
El retablo también merece atención, al menos las pinturas, para que el tiempo, el polvo y otros agentes no acaben con ellas. Lo mismo que algunas otras imágenes, que hay en la iglesia, para poder admirar mejor su belleza, como ha ocurrido con el Calvario de la ermita.

viernes, 22 de enero de 2010

El Chopo

Imagen del Chopo antes de su restauración y limpieza.

La fábrica de alcoholes y aguardientes estaba cerca del Chopo.

Al fondo, desde el Chopo, se ve el pueblo de San Miguel de Montañán.

El pequeño Reguero se ha convertido en río.

La fuente y su entorno en la actualidad.

Así se llama la fuente que hay junto al Arroyo o Reguero, muy cerca del puente. En sus alrededores siempre hubo chopos, de ahí su nombre. Era antiguamente lugar de cita o reunión para muchos, tanto niños, como mayores. Se decía con frecuencia “Te espero en el Chopo”. “Voy hasta el Chopo”, etc. Y hasta una calle recibió el nombre de la fuente. Al otro lado del arroyo, frente al Chopo, estaba la fabrica de alcoholes de Joarilla, hoy ya desaparecida.
La verdad es que se estaba bien allí junto a la fuente, sobre todo en primavera y verano, pues había sombra y además se contaba con agua, que, por lo que decían, era buena, no solamente para limpiar y lavar, sino también para beber. Quienes más se servían de ella eran los que vivían cerca.
Esta fuente era más antigua que el pozo artesiano que se construyó en la Plaza mayor. Cuando esta obra finalizó todos los vecinos acudían aquí a por agua con los calderos, cántaros, cántaras y botijos, los mismos recipientes con los que antes iban al Chopo, que pronto dejó de prestar el servicio que siempre tuvo.
El agua de El Chopo siguió utilizándose para otros fines. Junto a la fuente se veía con frecuencia a algún vecino lavando aperos, maquinas, cubetos para el vino u otros utensilios de la casa.
Poco a poco se fue abandonando la fuente y llenándose ella y su entorno de maleza y suciedad. A veces la limpiaban, para que el agua manase más y mejor. Porque era un buen manantial y se mantenía a un nivel razonable.
Hubo un tiempo en que decían que en el Chopo había cangrejos y parece ser que era verdad. Lo que de niños no nos explicábamos era cómo y por qué habían llegado hasta allí. No pensábamos que alguien había arrojado al agua algunos ejemplares, (que fue lo que ocurrió), y seguro que llegaron a reproducirse.
En la actualidad la fuente está restaurada y hasta tiene puesto su nombre en la parte superior. Lo merece, como todo lo que sirva para recordar el pasado y la vida y costumbres del pueblo.

lunes, 18 de enero de 2010

La Ermita. Interior.

Interior de le Ermita

El altar

El Calvario

Jesús

María

San Juan

VI Estación. La Verónica enjuga el rostro de Jesús

14 Estación. Jesús es colocado en el sepulcro.


El interior de la Ermita nos muestra aún más su antigüedad: se trata de una nave rectangular, con techo de madera y con las paredes encaladas. Pegado al muro lateral oeste hay un banco alargado, de madera, y en el centro algunos más sobre las baldosas rojas y antiguas, fregadas muchas veces con agua mezclada con ingredientes entre los que no faltaba el mazarrón. En las paredes había catorce cruces pequeñas, que indicaban los lugares en los que hay que detenerse cuando se reza el Via Crucis. Ahora han colocado allí los catorce cuadros con grabados que representan escenas de dichas estaciones y que estuvieron siempre en la iglesia.
Lo más importante de la ermita son las imágenes de El Calvario que se encuentran en el altar. Se trata de Jesús crucificado con María y San Juan a ambos lados. Es uno más de los muchos existentes en iglesias, ermitas o museos de pueblos de Castilla y León. Son tallas de los siglos XII-XIII, que merecían atención, respeto y conservación. Así se ha hecho en Joarilla, puesto que han sido restauradas y muestran aún más su belleza y antigüedad.
En las paredes se ve un exvoto de cera, procedente de alguna persona, en agradecimiento y como recuerdo de algún favor o bien conseguido. También hay un limosnero de madera, en el que visitantes y devotos depositan sus ofrendas en metálico.
Además de los bancos hay todavía algunos de los reclinatorios que en el pasado llenaban las iglesias y ermitas, unos de propiedad privada y otro pertenecientes al templo.
En la ermita se respira un ambiente de soledad, silencio y recogimiento. Se abre con más frecuencia durante la Cuaresma, por lo del rezo del Vía Crucis. También con motivo de la fiesta de la Exaltación de la Cruz en el mes de Mayo, por el Cristo en el mes de Septiembre y en algunos otros momentos especiales a lo largo del año.

jueves, 14 de enero de 2010

La Ermita. Exterior.

Plaza de la Ermita con un jardín en el medio

La Ermita del Cristo de Joarilla de las Matas.

¡Viva el Cristo del Humilladero¡

Versos para el Cristo del Humilladero


La puerta de entrada a la Ermita


El otro edificio religioso con que cuenta Joarilla, además de la iglesia, es la Ermita. Se encuentra al Suroeste del pueblo, al finalizar la calle de “Las Cruces” y en el ángulo formado por los caminos de Melgar de Abajo y de Izagre, precisamente donde comienzan “Las Eras”. En ese lugar hay una pequeña plaza, la Plaza de la Ermita, cuyo pavimento hasta hace pocos años era natural, de piedras, tierra, y barro cuando llovía, pero que en la actualidad esta asfaltado, como las demás calles y plazas del pueblo. Y hasta cuenta con un pequeño jardín.
Se la llama “Del Humilladero”. Algunos concretan más y dicen Ermita del Santo Cristo del Humilladero, aunque no se vea por allí, o por los alrededores, alguna cruz o imagen que nos indique que estamos cerca de un lugar religioso, de devoción o culto para la gente. No estaría mal colocar un crucero o algo parecido en el arcén de la carretera de Melgar de Abajo a no mucha distancia de ella.
Consta de un edificio de planta baja, de forma rectangular, con tejado a dos aguas, y sin espadaña o torre con campana. El año 2005 construyeron un campanil sobre el tejado en el que colocaron la campanilla que había junto a la puerta de entrada. Con ella avisan a los que se encuentran fuera antes de comenzar los actos.
La puerta del exterior, con verja de hierro, da acceso a un pequeño pórtico, en el que se encuentra una puerta de madera, ya más antigua, pintada de rojo, por la que se pasa a la ermita. En la verja, una pequeña cruz de hierro, pintada de blanco es casi la única señal que nos indica que se trata de un lugar sagrado.
En el pórtico hay también una cruz de hierro, donada por algún devoto, en donde en grandes letras se lee Viva el Cristo del Humilladero. Y cerca de la cruz un cuadro con unos versos compuestos por José Calvo, vecino del pueblo, recientemente fallecido, que están dedicados también al Cristo.
Junto a la ermita, en las tardes de la primavera y del verano, y también en el invierno siempre hay alguna persona que ha llegado hasta allí en su paseo diario, o se juntan varios vecinos en animada tertulia.
La ermita no deja de ser un hito más y una referencia obligada en muchos momentos de la vida diaria en el pueblo de Joarilla.

martes, 12 de enero de 2010

En recuerdo de PEPE



A los pocos días de haber iniciado este blog, me llaman para comunicarme el fallecimiento de mi primo Pepe, uno de los cinco hijos de mis tíos Anselma y Anastasio. Para los de Joarilla y muchos forasteros y vecinos de los pueblos próximos, José de Castro Mencía era y seguirá siendo siempre Pepe, el del bar “El Pollo”, pues con este sobrenombre o apodo se conoció a su abuelo y a su mismo padre. Además éste fue el nombre con el que se distinguía su bar de los demás que había en el pueblo.
Los trabajos desempeñados por mi tío Anastasio, ayudado lógicamente por su familia, fueron la agricultura y el bar, y esto casi hasta su muerte. Y lo mismo le ha ocurrido a Pepe, hasta que hace años se jubiló y disfrutaba y se entretenía con otras cosas.
El bar le permitió conocer a mucha gente, incluso forasteros. Era el lugar de reunión, charla y convivencia, más común, a la falta de otros espacios para el esparcimiento. En el bar pasó muchos momentos, sobre todo por las tardes de todos los días, incluso después de regresar del trabajo en el campo. La partida diaria de muchos vecinos en el bar, después de comer, se prolongaba hasta avanzada la tarde. Así hacían durante casi todos los días del año, hasta el punto de poder afirmar que algunos se pasaron allí la mitad de su vida. ¡Cómo no iba a conocer bien Pepe a sus paisanos e intimar con ellos¡
Su muerte ha reunido a casi todos sus familiares. Y también a muchos de sus amigos y conocidos. Destacaba por su bondad y atención para con todos, y tampoco le faltaba el buen humor, sobre todo al reunirse con algunos de sus paisanos. Se preocupaba siempre por los que estaban más cerca y sentía como nadie la pérdida de sus familiares.
Su muerte me ha hecho recordar momentos de su vida y su trabajo: el bar, el salón de baile, la era, la bodega, la caza, la matanza del cerdo, etc. Y también la siega y el acarreo, la vendimia y la elaboración del vino, etc. Y, como no, la Dehesa y el majuelo del camino con tan buenas uvas, el Rebollar, el Pedrón, las Canteras, los Culebros, y Valdecea…etc. etc.
No puedo olvidar tampoco mis primeros días de caza con su escopeta (por supuesto que con su permiso o autorización), y las meriendas en el campo bajo una encina o un roble, ni las visitas a su bodega para degustar el vino reciente ya fermentado, después de haber recogido la cosecha de cada año.
Con Pepe y con mi tío Anastasio me paseé muchas veces en el trillo cuando en el verano se trituraban las mieses en la era, y también en el carro de par y en el de varas. Este último era arrastrado por el morico, aquel caballo de pequeño tamaño que tenía mi tío y que era muy dócil y muy bueno. El morico conocía mejor que nadie el camino hacia Sahagún en busca de oranges, gaseosas, sifones, botellas de vermuth y otras bebidas de la época. El caballo era tanto o más conocido que su mismo dueño.
Cuando yo me acercaba y me acerco al pueblo no dejaba ni dejo de visitar las bodegas, para contemplar todo lo que se puede ver desde aquel lugar elevado: la alhameda, el trébano, la poza, el huerto del Sr. Luis, el alambique, los prados de arriba y de abajo, el pueblo de San Miguel y, por supuesto, el de Joarilla: calles, plazas, casas con chimeneas, depósito de agua y sobre todo la torre, que destaca entre todas las demás construcciones y que es el hito o la referencia más importante para todos los que se acercan al pueblo.
A veces, estando en las bodegas, coincidíamos con sus íntimos amigos Isidro (ya fallecido) y José Luis, el de Gloria, cazador como nadie. Con ellos se veía Pepe casi todos los días, se contaban sus cosas, y reían sus gracias, las de los tres, pues los tres gozaban de buen humor y más cuando estaban juntos.
Sería prolijo enumerar las vivencias de su vida y las de aquellos que estuvimos mucho tiempo junto a él. Que estas breves líneas sean como un pequeño homenaje a través del recuerdo.

sábado, 9 de enero de 2010

Iglesia. Interior.


La Iglesia en la parte de adelante.

Uno de los confesonarios incrustados en la pared

Confesonario que está debajo del coro

Parte posterior de la Iglesia

La cúpula del crucero

Altar de San Roque

Altar del Cristo del Amparo

Altar de la Virgen del Rosario

Altar de la Virgen del Carmen


El interior de la iglesia de Joarilla se nos muestra en forma de cruz latina. Es amplia y destaca la cúpula en el crucero. Tiene en su parte posterior un amplio coro cuya escalera con barandilla, para acceder al mismo, está frente a la puerta de entrada. Al lado y comienzo de esta escalera se encuentra el local que estaba dedicado antiguamente a baptisterio. Ahora podemos ver la pila pila bautismal cerca del presbiterio.
Entre los diversos retablos destaca, logicamente, el central o del altar mayor, con cuatro tablas pintadas, a la espera de su restauración, en las calles laterales. Se representan en ellas escenas de la Sagrada Escritura. Y en la calle central, arriba, la imagen de santo Tomás Apóstol, patrón del pueblo, con un libro y una pluma en sus manos. Debajo un expositor, con el sagrario. Sobre la imagen de santo Tomás hay un crucifijo y a los lados del mismo unos escudos, que suelen ser los de la familia o familias que patrocinaron la construcción y colocación del retablo.
Los demás retablos se encuentran en los brazos del crucero. A la izquierda el de la Virgen del Rosario o Virgen de los Pastores y el de la Virgen del Carmen. Este tiene unas tablas con pinturas de dos santos monjes de la orden dominicana.
Y a la derecha están los retablos del Cristo del Amparo y de San Roque, que tiene también imágenes de San Antonio de Padua, de San Antón y de dos frailes de la Orden de San Francisco, una de ellas probablemente el mismo santo
El retablo más antiguo es el central o mayor, que tal vez existe desde la construcción de la iglesia. Los demás se han instalado en epoca posterior, alguno incluso en el siglo XX, como el de la Virgen del Carmen.



























miércoles, 6 de enero de 2010

La Iglesia. Exterior.

Vista general de la Iglesia y parte de la Plaza.

Parte baja de la torre, construída en piedra con ventana y la puerta con arco.


Ábside de la iglesia construido con ladrillo

El pórtico con las verjas en la puerta y en los ventanales.


Puerta de entrada al pórtico


Puerta de madera (con gatera), para entrar en la iglesia

La torre de Joarilla se divisa a lo lejos, al acercarse al pueblo desde cualquier lugar

La iglesia de Joarilla es de una sola nave, de cruz latina y de gran tamaño, tanto en altura, como en anchura. Siempre me llamó la atención el que fuese tan grande, y más ahora cuando la población ha disminuido notablemente. Pero seguro que cuando la construyeron, allá por los siglos XVII o XVIII, eran muchos más los habitantes del pueblo. Es posible que a lo largo de estos dos siglos haya habido algunas reformas e incluso ampliaciones en la misma.
Sus ábsides son cuadrados y de ladrillo. También es éste el material empleado en la parte superior de la torre. La inferior, que esta construida en piedra, tiene más antigüedad y no deja de ser una señal, sobre todo por la puerta y ventana que hay en el muro, de que en este lugar pudo existir una iglesia, más antigua y de distinta forma y tamaño.
La torre, aunque más elevada, es parecida en su construcción y estilo mudéjar a las de casi todos los pueblos de la comarca, próximos unos como San Miguel de Montañán, Vallecillo, Gordaliza del Pino, Melgar de Arriba y de Abajo, Santervás de Campos, etc., y otros más alejados, incluyendo Sahagún con la iglesias de San Lorenzo, San Tirso y la Peregrina, ejemplos destacados y representativos de dicho arte.
Destaca, entre las demás, por su altura, lo que hace que, al acercarse al pueblo, sea lo que primero se ve desde lejos. En la actualidad, incluso de noche, al estar iluminada.
Además del ladrillo se empleó el adobe y el tapial en la construcción de los muros laterales y otras paredes. Y son pocas y pequeñas las ventanas que se ven en los dichos muros.
Al mediodía se encuentra el pórtico al que se accede por una puerta doble con verjas de hierro. También tienen verjas las ventanas que hay en el pórtico.
Al norte se encontraba el antiguo cementerio, ahora un solar perteneciente a la casa de al lado. Y al oeste la torre tiene adosada una vivienda particular.
Ante la iglesia hay una amplia plaza, con jardines y algunos árboles, que fue siempre lugar de cita y sobre todo de reunión antes de dar comienzo los actos religiosos. En esta plaza, aunque ya más cerca de la calle El Arroyo, estaba el frontón, en donde se jugaban partidas de pelota a mano, en aquella época en que todavía no se conocían las raquetas, ni otras formas en este tipo de juego.